Desde la
antigüedad se utiliza el diversos materiales de orígen animal como
adorno personal. Entre ellos colmillos y dientes (marfil), hueso, cornamentas de animales, etc. Fueron los primeros materiales disponibles para el cazador
del Paleolítico, utilizándolos
normalmente para reforzar su imagen social o su personalidad. Desde
siempre se les han atribuido poderes como amuleto protector capaz de trasmitir
las virtudes del animal del que provienen. Actualmente
se sigue utilizando en joyería por la relativa facilidad para ser
tallado en diversas formas.
Unha peza única e un engarce moi bonito
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